Por Andrea Zabalza
La «gran boda», tendría muchas cosas que decir sólo del título, pero mejor me lo ahorro, porque ninguna sería buena. Digamos únicamente que este tipo de películas no pueden tener un título en el que no aparezca la palabra “boda”, todos sabemos de qué va la película, no hace falta que nos lo recuerden. Y es que las películas sobre bodas han creado ya un nuevo género, sí, son un género separado de las películas románticas, son desde hace unos años una de las temáticas favoritas de Hollywood, y no es que no me gusten, es que las odio. Empezando por Planes de Boda(2001), De Boda en Boda (2005), El Día de la Boda (2005), 27 Vestidos(2008), Guerra de Novias (2009), y un sinfín más de películas iguales.
Estas películas comienzan siempre con la llegada de los familiares que por supuesto, o se llevan mal, o tienen algún secreto inconfesable, tríos amorosos (en muchas de ellas están incluidos alguno de los novios), padres divorciados, hijos adoptados, y un sinfín más de pequeñas tramas que se unen normalmente con pinzas a un flojo argumento principal (que es la boda en sí) y que acaba siendo lo menos importante. Tiene gracia, la boda que supuestamente debería ser el gran acontecimiento, casi nos sobra de la película. Pero sigamos, porque estas películas siguen tras la llegada de los parientes, celebran una gran cena en la que todos se reúnen y que siempre comienza con la metedura de pata de alguno de los asistentes, siempre hay alguien que suelta una perlita, enciende la llama y comienzan a salir los trapos sucios de todos. Y tras la tempestad, nunca falla lo que yo llamo «el acontecimiento»: una gran confesión, o una declaración o un baile o algo, pero siempre público, para que todo el mundo sepa lo arrepentidos que están y lo muchísimo que se quieren. Y ya si da tiempo, si eso, celebran la boda. Con unos personajes prácticamente idénticos en todas ellas y bandas sonoras que cambian únicamente la letra, y a veces tengo la sensación de que ni eso, porque la base es siempre la misma (y si no, escuchen alguna de las bandas sonoras de las películas antes comentadas).
Centrándonos en “La Gran Boda”, dirigida por Justin Zackham, que es el encargado también del guión, es una película de la que poco podemos destacar. Respecto a su director, Zackham no lo hace mal del todo, es una película coral, y por ello distinguiré entre protagonistas y secundarios según la importancia profesional que tengan los actores y no por su papel en esta película (en la que ninguno es importante), y digo que el director no lo ha hecho mal del todo porque de sus secundarios a sacado lo máximo que ha podido (como Amanda Seyfried, Ben Barnes, Topher Grace…), pero no ha hecho lo mismo con sus protagonistas de la talla de Robert De Niro, Susan Sarandon o Diane Keaton, desaprovechados totalmente. Y el guión, también de la mano de Zackham, he de decir que quizá sea de lo mejorcito de la película, con diálogos bastante subidos de tono en algunas escenas (sin llegar a las barbaridades de “La Boda de mi Mejor Amiga” (2011) o “Despedida de Soltera” (2012)) con alguna que otra escena ácida, como la protagonizada por Robert De Niro, Susan Sarandon y Diane Keaton al comienza de la película (como no, tenían que ser ellos), las viejas glorias siguen siendo geniales (aún cuando están al 50% de su potencial). Pero normalmente un guión predecible, llegando al aburrimiento. Un trabajo muy pobre que no consigue su objetivo.
Respecto al reparto, encontramos a grandes glorias de Hollywood: un Robert De Niro mal hablado, borracho y mujeriego que resulta ser un escultor brillante que realiza obras preciosas (o grotescas según los casos, lo verán en la película). Otra grande es Diane Keaton, como ex mujer de De Niro, irónica y bastante liberal, consigue darle vida a su papel haciéndonos incluso sonreír en alguna ocasión. Y por último, destaca la siempre estupenda Susan Sarandon como pareja de Robert De Niro y mejor amiga de Diane Keaton, y causante del divorcio entre ambos. Es la mejor de la película con diferencia, aunque no era difícil.
Respecto a los que yo llamo “los secundarios” tenemos a la siempre ñoña Amanda Seyfried (“Mamma Mia” (2008), “Querido John” (2010)) que no remonta sus anteriores papeles en esta película, encarna a la novia, con unos padres racistas que no aceptan a su futuro marido brasileño, un papel muy soso como casi siempre. El novio es Ben Barnes (“Las Crónicas de Narnia” (2008 y 2010)) y que es igual de soso que su pareja en el film. También encontramos a Topher Grace (“Historias de San Valentín” (2010), “La Sombra de la Traición” (2011)) cuyo papel ni voy a comentar. Y por último destacar a Katherine Heigl (a la que todos recordamos como Izzie en la serie médica “Anatomía de Grey”), no la destaco por su papel en esta película, sino por su capacidad para llevar tantos años en esta industria interpretando el mismo papel (por qué siempre es el mismo, ¿no?).
El argumento no es, ni enrevesado, ni revolucionario, ni nada por el estilo. Una pareja de divorciados, vuelven a reencontrarse por la boda de su hijo adoptivo, él tiene otra pareja que resulta ser la mejor amiga de su ex mujer. Pero la cuestión es que la madre biológica del novio es sumamente religiosa y opina que el divorcio es un pecado imperdonable, por lo que el ex matrimonio tendrá que fingir estar todavía casado. Todo ello acompañado de historias menores totalmente prescindibles y que no ayudan al argumento principal en nada.
En definitiva, una película más sobre una boda, una historia coral, con historias cruzadas que no ayudan en nada a la película y que aunque en algunas escenas pueden incluso reír, en general es predecible y ñoña.
Lo mejor: ver a tantas viejas glorias juntas. Y la primera escena en la que los personajes de Robert De Niro, Susan Sarandon y Diane Keaton se reencuentras.
Lo peor: los “secundarios”, el argumento tan predecible, la música pop de siempre, la mayor parte del guión…
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